El futurismo

El futurismo

El Futurismo es un movimiento literario y artístico que surge en Italia en el primer decenio del S.XX, por el escritor Filippo Tomasso.  Proclama el rechazo frontal al pasado y a la tradición, defendiendo un arte anticlasicista orientado al futuro, que respondiese en sus formas expresivas al espíritu dinámico de la técnica moderna y de la sociedad masificada de las grandes ciudades.


El futurismo fue llamado así por su intención de romper absolutamente con el arte del pasado, especialmente en Italia, donde la tradición artística lo impregnaba todo. Para ello toma como modelo las máquinas y sus principales atributos: la fuerza, la rapidez, la velocidad, la energía, el movimiento y la deshumanización.


Uma, de Kajita Ganz
El manifiesto futurista original de 1909, escrito por Marinetti, exaltaba la belleza de la máquina y la nueva tecnología del automóvil, con su velocidad, potencia y movimiento. El futurismo glorificaba la violencia y el conflicto, e instaba a destruir instituciones culturales, como los museos y las bibliotecas. Marinetti también fundó y editó un diario, Poesia. Al manifiesto original de Marinetti le siguieron manifiestos futuristas sobre escultura, pintura, literatura, arquitectura y otros campos, escritos por otros miembros del movimiento.



En 1910 ya se puede hablar de un grupo liderado por Marinetti. Trabajarán artistas como los pintores Russolo, Carrá, Boccioni, Balla o Severini. El futurismo fue llamado así por su intención de romper absolutamente con el arte del pasado, especialmente en Italia, donde la tradición artística lo impregnaba todo. Quieren crear un arte nuevo, acorde con la mentalidad moderna, los nuevos tiempos y las nuevas necesidades. Para ello toma como modelo las máquinas y sus principales atributos: la fuerza, la rapidez, la velocidad, la energía, el movimiento y la deshumanización. Dignifica la guerra como espacio donde la maquinación, la energía y la deshumanización han alcanzado las máximas metas.


Sus ideas revolucionarias no deseaban limitarse al arte, sino que, como otros muchos movimientos, pretendían transformar la vida entera del hombre. La estética futurista difunde también una ética de raíz machista y provocadora, amante del deporte y de la guerra, de la violencia y del peligro. El futurismo fue politizándose cada vez más hasta coincidir con las tesis del fascismo, en cuyo partido ingresó Marinetti en 1919.

La característica principal del futurismo es la práctica del dinamismo y del movimiento. El efecto del movimiento se transmitía en vibrantes composiciones de color que debían producir un paralelismo multisensorial de espacio, tiempo y sonido. Al principio, se valieron para la realización de sus objetivos artísticos de la técnica divisionista y más tarde se aplicó la técnica cubista de abstracción como procedimiento para desmaterializar los objetos. A partir de estas premisas, la representación del movimiento se basó en el simultaneismo, es decir, multiplicación de las posiciones de un mismo cuerpo, plasmación de las líneas de fuerza, intensificación de la acción mediante la repetición, etc.

El más destacado escultor futurista fue Umberto Boccioni, con obras como “Formas únicas de continuidad en el espacio” realizada en 1913, l CUl se considera una de las esculturas más importantes de esta vanguardia.


“Formas únicas de continuidad en el espacio” de Umberto Boccioni

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