Escultura colosal de Igor Mitoraj


Escultura colosal de Igor Mitoraj


Igor Mitoraj

Nació en Oederan, entonces territorio polaco, actualmente Alemania, el 26 de marzo de 1944. Estudió en la Escuela de Arte y la Academia de Arte de Cracovia con Tadeusz Kantor.

Tras algunas exposiciones colectivas, en 1967, celebró su primera exposición individual en la Galería Krzysztofory.

Estuvo fascinado por el arte y la cultura latinoamericana, pasó un año en México, tras el que decidió cambiar la pintura por la escultura. Volvió a París en 1974 y dos años más tarde realizaría otra exposición individual importante en la Galería La Hune, dedicada ya a la escultura.

En 1979 viajó a Carrara, Italia, donde convirtió al mármol como medio principal, sin dejar de trabajar la terracota y el bronce.

Su estilo parte de la tradición clásica pero introdujo un toque postmoderno al truncar deliberadamente las extremidades, lo que en las obras clásicas es el resultado las vicisitudes que han sufrido a lo largo del tiempo.

Luz de luna
Mitoraj fue un artista capaz de trabajar en todos los formatos, desde los más pequeños a los más imponentes, sin embargo sus esculturas, cualquiera sea su tamaño, todas poseen una calidad monumental; esta es una característica tradicionalmente asociada con el arte del escultor, quien dominó la diversidad entre el mundo visual y el campo de visión, es decir, la distinción entre lo que sabemos que está presente y lo que se ve.

Igor Mitoraj aplica este principio en la serie de fragmentos de cabezas colosales, entre las cuales el bronce Tsuki-No-Hikari (luz de luna, en japonés) probablemente es el ejemplo más contundente.


Mitoraj fue un maestro del fragmento, y es justamente a través de esta técnica, que logra la máxima monumentalidad, haciendo referencia a un pasado perfecto de dimensiones imponentes.

Ha recuperado la conciencia artística y espíritu del arte de Grecia, de Roma, de los grandes maestros de la escultura del Renacimiento.

Sus obras tan monumentales se inspiran en los temas de la historia y la mitología. Sus esculturas parecen estar bajo la magia de una obra arqueológica recién sacada de una excavación, del fragmento escultórico en estado puro, a veces incompleto pero grandioso.



Durante los años 2006 y 2007 mostró su colección “El mito perdido”, que llevó por toda España, donde todos los que pudieron verla quedaron impactados ante lo colosal de sus trabajos. Esta también se pudo observar en la Plaza Nueva de Sevilla, ciudad en la que permaneció casi dos meses.

Murió en París, el 6 de octubre de 2014, cuando contaba con 70 años de edad.

En Italia tuvo lugar Un homenaje póstumo a Mitoraj cuando 30 de sus monumentales esculturas de bronce fueron distribuidas por calles y foros de las ruinas del Parque Arqueológico de Pompeya, entre mayo de 2016 y enero de 2017. La exposición se llamó “Mitoraj y Pompeya”.


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