Man Ray




MAN RAY

Man Ray fue un fotógrafo, pintor, escultor y cineasta relacionado con el arte modernista, el dadaísmo y el surrealismo. Se hizo famoso por su fotografía de vanguardia y como autor de retratos.

Su verdadero nombre era Emmanuel Radnitzky, nació en el 27 de agosto de 1890, hijo de familia judía.

Su familia se trasladó a Nueva York en 1897. Se aficionó a la música y a la danza, incluso fue bailarín. Rechazó una beca para estudiar arquitectura y trabajó como grabador mientras, por las noches, estudiaba en la Academia Nacional de Diseño.

Apasionado por el arte, estudió dibujo con Robert Henri y, a partir de 1908, entró en contacto con la vanguardia artística neoyorquina. Frecuentó la galería de Alfred Stieglitz, cuya influencia se aprecia en obras posteriores.

A partir de 1913 empezó a interesarse en las obras de Pablo Picasso, Wassily Kandinsky y Marcel Duchamp. Se mudó entonces a una colonia de artistas en Ridgefield (Nueva Jersey), donde su trabajo en la pintura siguió evolucionando, primero en un estilo cubista, después en el arte abstracto.

Hizo su primera exposición en la Daniel Gallery de Nueva York en 1915. Su nombre empezó a sonar en América como uno de los primeros pintores abstractos. A partir de ahí, su vida fue vertiginosa.

Man Ray observó que, a pesar de obtener buenas críticas, no estaba a gusto con las fotos que se hacían para los catálogos y la prensa, así que decidió comprarse su primera cámara y hacer él mismo las fotos. Y le gustó, hasta el punto de entusiasmarse por haber encontrado una nueva forma de expresión artística.

En 1917 Man Ray fundó, junto a los franceses Marcel Duchamp y Francis Picabia, el grupo dadá de Nueva York. Al año siguiente empezó a utilizar nuevas técnicas, como el aerógrafo sobre cristal, papel fotográfico y otras superficies. Con Duchamp montó la Société Anonyme para gestionar actividades de vanguardia, como publicaciones, conferencias, películas, conferencias y exposiciones.

Siguiendo a Duchamp, se mudó a París en 1921 y su estilo tuvo grandes cambios. Empezó a fotografiar personas en lugar de pintar retratos. El desarrollo artístico efervescente de la capital francesa le animó a experimentar y a probar todas las manifestaciones artísticas disponibles.

Objeto para ser destruido
Empezó a presentar sus rayoramas, unas imágenes fotográficas que hacía sin cámara, en las que exponía a la luz objetos sobre papel fotográfico que después se revelaba. Se le consideró un visionario adelantado a su época, a lo que él respondía: "No, yo estoy en mi época, pero vosotros os habéis quedado rezagados". Man Ray ya era el mayor referente en manipulación fotográfica.

Realizó también esculturas surrealistas siguiendo el modelo del arte creado por Marcel Duchamp, como “Object to dead be Destroyed” (Objeto para ser destruido) de 1923, a la que él añadió a un metrónomo normal, de 26 cm de altura, la fotografía de un ojo en la aguja.

A finales de los años 20 hizo incursiones en el cine de vanguardia. En los treinta trabajó con las solarizaciones, que eran negativos fotográficos expuestos a la luz. Volvió a la pintura surrealista y publicó varios volúmenes de fotos y rayogramas. En 1936 su obra estuvo en la exposición Arte Fantástico, Dadá y Surrealismo del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

En 1940 se trasladó a Hollywood huyendo de la ocupación nazi de París. Allí trabajó como profesor mientras seguía su producción artística.

El enigma de Isidore Ducasse (1920)
Regresó a París en 1951 y siguió explorando los diferentes medios artísticos a su disposición centrándose más, esta vez, en la pintura y la escultura. También empezó a escribir sus memorias, a las que dedicó diez años. Finalmente, su autobiografía, "Autorretrato", se publicó en 1963.

En sus últimos años, acrecentó su fama con exposiciones en París, Nueva York, Londres y las principales ciudades culturales del mundo. En 1973, el Museo Metropolitano de Nueva York dedicó una gran retrospectiva a su obra fotográfica.

El arte de Man Ray esquiva las clasificaciones, está cargado de imaginación, sensibilidad y sentido del humor. Como pionero del dadá y del surrealismo, sus obras son siempre originales, intencionadamente incongruentes, incluso irracionales, a veces eróticas y casi siempre escandalosas. Fue un gran artista multidisciplinar cuya creatividad no tuvo límites.


Man Ray murió en París, Francia, el 18 de noviembre de 1976 y está enterrado en el cementerio de Montparnasse.


Objeto para ser destruido

Man Ray adquirió un metrónomo a cuyo péndulo le añadió la fotografía recortada de un ojo de su ex pareja.

El artista, siguiendo los pasos de su colega Marcel Duchamp, crea un “readymade”, que consiste en emplear objetos ordinarios (generalmente muy poco modificados) para convertirlos en obras de arte.

Man Ray dejó además unas instrucciones para el uso adecuado del objeto:

1. Coloca en el péndulo de un metrónomo el ojo de la persona amada a la que ya no volverás a ver.

2. Pon en marcha el metrónomo hasta el límite de tu resistencia.

3. Con un martillo, intenta destruirlo de un solo golpe.

Un ejercicio de destrucción dadaísta para recordarnos el poder hipnótico que el amor ejerce sobre nosotros, y que puede llegar a destruirnos. 24 años después, durante una exposición en París, un grupo de estudiantes autodenominados “intelectuales nihilistas reaccionarios” siguió al pie de la letra las órdenes del autor y al grito de “¡Viva la poesía!” destrozaron el metrónomo de Man Ray.


Con el dinero que le pagó el seguro, el artista compró otros 100 metrónomos para re-elaborar la obra en serie. Pero en esa ocasión los re-bautizó como “Objetos indestructibles”, y hoy los podemos ver en museos de todo el mundo.


El regalo:

"El regalo", que muestra una plancha casera con peligrosos clavos en su base, fue imaginada por el artista como ácido presente de una boda imaginaria, donde las rutinas sociales escondían otros sentimientos. La realizó en 1921 y volvería a hacerla en 1941 ante la pérdida de la primera.












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